Un informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos indica que en la provincia los productores pierden unos 3.400 pesos por hectárea. Por el clima cayó el rinde y se perdió calidad. Fueron sembradas más de 1 millón 300 mil hectáreas. Este resultado económico es alarmante, ya que a fines de mayo el productor deberá afrontar el pago de insumos, arriendos, créditos, así como deudas atrasadas de campañas anteriores. Hasta el momento ni el productor ni su cadena de financiación (acopios y cooperativas) cuentan con las herramientas adecuadas que le permitan salvar esta situación

La cosecha de soja en la geografía entrerriana se encuentra cerca de su finalización, luego de atravesar un escenario climático totalmente adverso en el mes de abril, proyectándose que al día de la fecha se ha trillado el 90% el área total implantada.

Así dio a conocer la Bolsa de Cereales de Entre Ríos a través de su sistema de información agrícola (SIBER). En base a la Red de Centrales Meteorológicas Automáticas se diseñó la precipitación promedio diaria y la precipitación acumulada diaria para Entre Ríos durante el mes de abril. Se puede apreciar que el monto promedio provincial fue levemente superior a 350 mm versus 120 mm normales, existiendo sitios ubicados al norte del territorio donde los montos que superaron los 700 mm.

En conclusión «la lluvia promedio acumulada a nivel provincial en abril del 2016 se triplicó. Por otra parte, los primeros 20 días del mes hubo precipitaciones diarias, detectándose tan solo 7 días sin lluvias y/o con eventos aislados inferiores a 1 mm/día. Por lo tanto, toda la actividad de trilla se paralizó, generándose un retraso de prácticamente un mes.

No obstante, el retraso en la recolección de la oleaginosa es tan solo un detalle menor, según indica el SIBER, si se lo compara con el fuerte impacto económico negativo que se está detectando en el ingreso del productor. «En la campaña 2015/16 se implantó un total de 1.345.400 ha de soja, conformada el 87% por soja de primera y el 13% restante por soja de segunda, existiendo aproximadamente un nivel de arrendamiento del 70% sobre el área total cultivada».

El SIBER brindó datos sobre los gastos que normalmente debe afrontar el agricultor al cultivar soja, que abarca desde la siembra hasta la cosecha; lo cual incluye desde el costo de la semilla hasta su cosecha, secado, transporte, etcétera. «En el análisis se consideró un costo de arrendamiento de 700 kg/ha y una humedad de cosecha del 16%. Cabe aclarar que la humedad de recibo en acopio es del 13,5% y en esta campaña el factor climático impidió cosechar con baja humedad en el grano; generándose por lo tanto un costo extra por la necesidad de secado. En lo que respecta al flete se computó un flete corto de 50 km (del lote cosechad hacia el acopio) y 250 km (desde el acopio hacia el puerto). Finalmente se considera una cotización de la soja de 3.500 $/tn».

En base al área total implantada se estimó que los productores efectuaron una inversión total de $10.486.720.300. «Analizando la inversión a nivel de hectárea sembrada se deduce que los productores tuvieron un gasto promedio fue de 7.795 $/ha, lo cual equivale a un rendimiento de 2.227 kg/ha» indica el reporte.

Las lluvias de abril perjudicaron fundamentalmente a los lotes sembrados con soja de primera, evaluándose que aproximadamente el 10% de la superficie se ha perdido.

El SIBER mostró el avance en las labores de cosecha de la soja de primera junto con la evolución del daño detectado y la evolución del rendimiento de las hectáreas cosechadas con el rendimiento ajustado en base al área implantada y el factor promedio alcanzado (esto representa el ingreso real del productor). «Al 31 de marzo no existía daño en la calidad, pero solamente se había cosechado el 3% de la superficie cultivada con soja de primera obteniéndose un rendimiento de 2.000 kg/ha». En el informe se aclara que normalmente se tolera hasta el 5% de granos dañados, lo cual equivale a factor 100 y por encima de este umbral el productor sufre descuentos en el pago.

Al finalizar el mes de abril se había cosechado apenas el 17% del área de soja de primera, observándose un daño del 30% en la calidad, con una disminución del rendimiento de lo cosechado que se ubicaba en 1.900 kg/ha. Pero lo más grave, era que el rendimiento ajustado (considerando el área total sembrada y el factor promedio) se posicionaba 1.300 kg/ha sembrada.

El SIBER observa que el promedio provincial de todo lo que se cosechó en el mes de mayo tuvo un daño de por lo menos el 30%, con un rendimiento de chacra de aproximadamente 1.900 kg/ha y un rendimiento sobre lo sembrado ajustado por el factor (que promedia 73%) de 1.251 kg/ha.

Para el caso de la soja de segunda, actualmente presenta un avance del 70%, con un rendimiento de chacra se sitúa en 1.800 kg/ha con un daño promedio del 15%, que equivale a un factor del 90% (debido a que existe un 5% de tolerancia). El rendimiento promedio ajustado por la superficie sembrada y el factor se posiciona cercano a 1.620 kg/ha. De mantenerse estos parámetros «se proyecta un rendimiento promedio sobre el área sembrada ajustado por el factor que sería de 1.251 kg/ha y por lo tanto la producción ajustada por calidad se sitúa en 1.682.819 toneladas».

En conclusión «los productores tuvieron un costo por hectárea de 7.795 $/ha y recibe un ingreso de tan solo 4.378 $m, esto representa una pérdida de -3.417 $ por hectárea cultivada. A nivel provincial, los productores efectuaron una inversión total de $10.486.720.300 y tendrán un ingreso de $5.889.866.850, con lo cual se genera una pérdida total de $-4.596.853.450.

«Este resultado económico es alarmante, ya que a fines de mayo el productor deberá afrontar el pago de insumos, arriendos, créditos, etc. Junto con deudas atrasadas de campañas anteriores. Hasta el momento ni el productor ni su cadena de financiación (acopios y cooperativas) cuentan con las herramientas adecuadas que le permitan salvar esta situación» sostiene el reporte.

El SIBER aclara que este análisis será nuevamente actualizado cuando se culmine con la trilla del 10% del área que queda por trillarse.