Acabamos de asistir al anuncio de retenciones que poco y nada se condicen con el marco de diálogo anunciado. Es más, la Mesa de Enlace nacional aún no se ha reunido con el ministro de Agricultura, Luis Basterra, y ya han sido oficializadas las medidas que afectan al sector. Resulta necesario que Estado y entidades se sienten a la mesa a discernir particularidades de cada cadena productiva, a realizar un análisis profundo de todos los engranajes del sistema.
Otra vez, la palabra “consenso” es fuego de artificio, verba decorada para un período que busca adhesiones pero que no conlleva compromisos.
En primer lugar, cabe recordar que FARER y CRA, siempre rechazaron las retenciones y eso incluye el gobierno anterior. Y hoy, desde las frías y técnicas oficinas gubernamentales se habla de “derecho de exportación”, pero no es más que un impuesto encubierto. Un gravamen que no conoce de grises, no tiene en cuenta las particularidades de las zonas productivas y es una puñalada a diversas economías regionales.
Entre Ríos es una provincia con rasgos propios, que ha pasado por inundaciones y sequías, con una trama de caminos rurales destrozada, con pocos incentivos para producciones alternativas, con un sistema financiero que le permite tomar créditos sólo a los que no lo necesitan. Así y todo, el campo, es sin duda alguna, el principal motor económico de Entre Ríos. Es un sector productivo que no especula, que siempre tira para adelante, que da empleo, que tributa y que nuevamente ha sido apuntado por el Estado Nacional para sacudirle los bolsillos. Es una historia de nunca acabar.
Si bien la capacidad de asombro que hemos desarrollado en estos años es casi infinita, no nos dejan de hacer ruido las declaraciones del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, realizadas hoy al diario Página 12. Ahí asegura -y el matutino lo elige como título de la nota- que van a “defender el trabajo y la producción nacional». ¿Cómo se explica que mediante políticas que desalientan la inversión puede lograrse eso?
Estamos otra vez, ante medidas de tinte unitario. Por más que se intente maquillar desde el poder político, este país sigue mirando esencialmente de la General Paz para adentro. El país federal sólo existe en los discursos edulcorados ante los medios o en los actuados debates legislativos. Estas medidas buscan dólares frescos ante la inoperancia de encontrar otras vías de recaudación, pero no tienen en cuenta todo el esfuerzo cotidiano del interior de la Argentina. Familias, comunidades, ciudades enteras viven, trabajan y hacen grande este país desde el campo.
Otra vez, desde un despacho refrigerado, ajeno a la Argentina profunda, se toman medidas sin siquiera conocer el esfuerzo y la realidad de millones de argentinos. Otra vez les toca a los mismos.
Nicasio Tito José Colombatto
Vicepresidente Presidente
FEDERACION DE ASOCIACIONES RURALES DE ENTRE RIOS (FARER)