Agricultoras, ingenieras, artesanas, apicultoras, veterinarias, criadoras, periodistas agropecuarias, dirigentes rurales, jefas de familia… desde la huerta, el gallinero, la manga, el tambo, la oficina, el laboratorio, el corral y la casa, la jornada para la mujer de campo comienza antes de que asome el sol y se extiende hasta entrada la noche.
Magdalena Calderón, ingeniera y productora agropecuaria desempeña sus tareas en el sur de Entre Ríos en una explotación agrícola-ganadera. Forma parte de una familia arraigada a la tierra que hace más de un siglo produce alimentos. Manifiesta con profunda emoción: “el campo es más que mi trabajo, es mi forma de vida”.
En Argentina casi más de 1,7 millones de mujeres (el 50 % de la población rural) realizan algún trabajo productivo en el campo.
Gladys Ojeda vive en un campo que pertenece al departamento Concepción del Uruguay, donde cría vacas y ayuda a su marido cuando necesita apartar o clasificar terneros para vacunación o traslado. Tiene gallinas, conejos y codornices a los cuales alimenta a diario sin descuidar la crianza de sus 2 pequeñas hijas con las que comparte las tareas. Cuenta: “sinceramente nos gusta mucho el campo y también que mis hijas crezcan en un ambiente sano como el nuestro y que compartamos las tradiciones y costumbres”.
Entre Ríos cuenta con altos porcentajes de mujeres relacionadas con tareas rurales o profesionales asociadas al campo y nadie duda que el rol que cumplen es clave, ya sea por su contribución al desarrollo productivo, la seguridad alimentaria, el cuidado de la familia, sus comunidades, la investigación y el desarrollo. También su tarea en la agricultura familiar resulta el motor fundamental para el desarrollo de las economías regionales y la producción de alimentos.
En octubre del pasado año dos entrerrianas fueron destacadas en el “V Encuentro Nacional de Mujeres Rurales”; la apicultora Angélica Beatriz Vinardi, y la periodista agropecuaria, Rosario Perriére fueron reconocidas como representantes de la provincia en dicho evento que se desarrolló en Buenos Aires. Participaron 40 mujeres de todo el país y en 5 años ya se homenajearon a 200 mujeres. En la oportunidad se trabajó en talleres sobre trabajo, producción y seguridad alimentaria, salud y medio ambiente, educación, energía e infraestructura y accesibilidad.
“La cabaña ovina es una pasión” comenta Erica Covello, de la zona de Irazusta, en el sur de la provincia, que junto con su esposo Matías y sus hijos Antonella de 10 años y Demian de 7 años llevan adelante, desde hace casi 20 años, una cabaña dedicada a la producción de ovinos puros de pedigree raza Hampshire Down conocidos como los caras negras. “Toda la familia atiende a los animales desde que nacen hasta que se van. Los preparamos para poder competir en exposiciones rurales como Palermo y Nacional Hampshire Down que se realiza una vez por año en cada provincia” cuenta. Erica también cría perros raza Pastor Maremmano Abruzzese que protege a las majadas y rodeos de predadores como perros y zorros que las atacan.
Otros valiosos ejemplos de mujeres comprometidas con las rurales de su departamento son: Victoria Tamagno quien vive en Colonia La Lata a unos 20 km de Federal y es vicepresidenta de la Sociedad Rural de su departamento. Productora y mujer rural “de toda la vida”, entre sus tareas cotidianas realiza la alimentación y ordeñe de sus animales, carnea, los cura y lleva adelante casi sola su emprendimiento y sustento, además de codirigir la tarea de su entidad rural. También María Luisa Sarda de la ciudad de Concordia, ha recorrido un fructífero camino, junto a su famillia se han dedicado a las actividades agropecuarias durante años, mas precisamente a la ganadería; desde 1989 continuo con el legado del campo y la conducción de la cabaña «La Colorada», ubicada en el departamento Feliciano, donde crían bovinos de raza Polled Hereford y desde hace 15 años se incorporó la actividad del arroz. Hace aproximadamente 20 años, comenzó a formar parte de la Sociedad Rural de Concordia, primero como socia luego como integrante de Comisiones Directiva hasta llegar a Presidenta durante el período 2012-2018. Hoy en día continúa su gremialismo en un grupo de mujeres rurales de todo el país, orgullosa de formar parte de este ámbito considera «la importancia de la mujer trabajando a la par del hombre, ayudado al mismo y de manera recíproca»
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) afirman que si las mujeres tienen las mismas oportunidades y acceso a recursos productivos que los hombres -agua, tierra, créditos-, son capaces de producir entre un 20 a 30 % más de alimentos., con lo cual, la inserción de la mujer en el agro no es una elección sino que para alimentar al mundo en los próximos 30 años necesitamos que más mujeres estén realizando tareas agrícolas.
Para María Beatriz ‘Pilu’ Giraudo, asesora de Programas Específicos de Cooperación Técnica del IICA y líder de la red #MujeresRurales argentinas, el “trabajo conjunto es el que dará posibilidades para salir adelante”.
No podemos negar que muchas veces la valiosa tarea de la mujer rural es invisibilizada y poco valorada y que todavía queda mucho camino por recorrer en el acceso a las oportunidades, a la financiación, la igualdad, las capacitaciones y la retribución que merecen. Entre Ríos cuenta con valiosas mujeres rurales y productoras comprometidas con su trabajo, orgullosas de su lugar y llenas de ambición, visión e inspiración para hacer crecer la provincia.