El dirigente de Gualeguaychú, José Ignacio Colombatto, fue reelegido hoy sábado para un nuevo período de dos años al frente de Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER). Será acompañado por Jacinto Deballi (Gualeguay) como vicepresidente y Nicasio Tito (Federal) como secretario.

En la Asamblea desarrollada en horas de la mañana en las instalaciones de la Sociedad Rural de Gualeguaychú, los presidentes de las rurales entrerrianas eligieron por un nuevo mandato (2021-2023) al médico veterinario, José Ignacio Colombatto, para que conduzca los destinos de FARER.

A los representantes de las casi veinte entidades que conforman la entidad, se sumó la presencia del vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Gabriel de Raedemaeker, quien llegó desde Córdoba especialmente para la ocasión.

Si bien existen algunos cambios en la conformación del nuevo Consejo Directivo, básicamente se mantiene una continuidad de personas e ideas. “Nos tocaron dos años muy duros, pandemia de por medio y muchas decisiones desacertadas de los gobiernos que nos obligaron a confrontar. Pero ello no minó nuestra voluntad de diálogo, entendiendo que los consensos son superadores. Ojalá estos dos años que comienzan sean con un Estado con otra predisposición y que entienda de una vez que el sector agropecuario es un aliado del desarrollo y no un enemigo”, señaló Colombatto.

Puntualmente, completan el listado de nuevas autoridades, Jacinto Deballi (Gualeguay – Vicepresidente 1°); Claudio Álvarez Daneri (Villaguay – Vicepresidente 2°); Nicasio Tito (Federal – Secretario); Héctor Reniero (Chajarí – Prosecretario); Alejandro Müller (La Paz – Tesorero); Gonzalo Legerén (Concordia – Protesorero); Daniel Kozak y Gastón Marcó (Colón y Concepción del Uruguay, respectivamente – Revisores de cuentas).

Tras asumir, el nuevo titular de la entidad ruralista provincial se dirigió a los delegados enumerando los principales postulados para el nuevo período:

“Cuando comenzamos esta gestión hablamos de objetivos y entre ellos incorporamos la apertura, el diálogo, la pluralidad y ser combativos cuando ameritara, aspectos que vamos a mantener y reforzar. Podemos enumerar muchísimas cosas que hemos logrado, pero prefiero enfocarme en lo que viene. Aspiramos a que las entidades seamos valoradas y escuchadas de otro modo y que nuestras opiniones tengan peso a la hora de la decisión final. Necesitamos que los Gobiernos Provincial y Nacional reconozcan la importancia del sector y no sólo nos vean como una caja extractiva. Somos una región del país donde lo eminentemente agroganadero y agroindustrial es pilar de la economía, la inversión, el desarrollo y el empleo.

 Debemos estar en las pequeñas cosas que le pasan al productor, pero primordialmente necesitamos discutir los temas de fondo, encarar y debatir proyectos a futuro para el desarrollo productivo. Es imperioso que seamos parte de un sistema que planifique y garantice objetivos claros para nuestros productores.

 Para ello en necesario confluir en un diálogo armonioso y provechoso, donde el Estado debe garantizar reglas del juego claras. Por ejemplo, una provincia eminentemente agropecuaria como Entre Ríos es imposible seguir trabajando sin una legislación de fitosanitarios. Otras provincias, como Córdoba, por ejemplo, han trabajado mancomunadamente entre Estado y productores para garantizar las buenas prácticas agropecuarias, sabiendo que el productor es el primer ecologista.

 Producción con cuidado del medio ambiente también es un objetivo de esta nueva gestión de FARER y allí no sólo incluimos las buenas prácticas a la hora de las aplicaciones de fitosanitarios, sino también el mantenimiento del suelo, esencial para el futuro de la actividad y todo aquello que haga comulgar a la producción con el respeto por el ambiente.

 Hoy el campo enfrenta una campaña demonizante muy fuerte y es una obligación enfrentarla con todas las armas que tengamos a mano, siempre con eje en la verdad. Se nos trata de envenenadores y de irresponsables con una liviandad y una falta de rigor científico que asusta. Pero ello no nos debe detener, sino todo lo contrario.

 Debemos incentivar todo lo que apunte al bienestar animal, porque estamos convencidos que es un camino que mejora sus vidas y al mismo tiempo ofrece ventajas al productor.

 Trabajamos para cristalizar un proyecto que apunta a la carne con denominación de origen, totalmente ecológica. Del mismo modo, no estamos en disidencia, todo lo contrario, de las producciones ecológicas de huevos, aves, corderos, algunos cultivos, verduras y hortalizas, entre otras. Pero una cosa es la agroecología como opción y otra muy distinta como única forma de producir ciertos cultivos. Ello es impracticable en el escenario productivo del 2021 y sólo sostenido por quienes no tienen ni la menor idea de lo que es producir a gran escala.

 En definitiva, resulta imprescindible tener ejes claros y mantenerlos en el tiempo. Y no hablo de dos años más, hablo de un trabajo responsable, con metas y objetivos a mediano y largo plazo. Debemos anticiparnos a los problemas, procurar ir hacia la acción y no siempre responder desde la reacción. Es clave que entendamos el rol de la comunicación para dar la batalla contra el relato estigmatizante que confunde y miente. Hay que mirar para adelante, ver los nuevos escenarios y problemas, para actuar en consecuencia. Debemos procurar estar unidos y luchar desde las coincidencias dejando de lado las pequeñas diferencias que nos separan. Es importante tener los pies sobre la tierra, pero que ello no nos despoje de una mirada positiva y optimista. No descubro nada diciendo que son tiempos complejos, pero no nos quedemos en el lamento y salgamos a enfrentar la realidad con la verdad y el trabajo como estandarte. Ese es el desafío”.